miércoles, 23 de septiembre de 2020

TEMA 8. CUIDADOS PALIATIVOS Y TANATOLÓGICOS

 CUIDADOS PALIATIVOS Y TANATOLÓGICOS

En la carrera de medicina se nos enseña sobre patologías, fisiopatología, anatomía, farmacología, bioquímica, salud mental, clínica, y se aborda desde diferentes puntos, a través de la Medicina Interna, de Medicina Familiar, de Cirugía, desde el punto de vista de Rehabilitación, Pediatría e incluso Urgencias, sin embargo, algo de lo que jamás tenemos consciencia y no es hasta que lo vivimos cuando nos pasa por la mente la importancia que conlleva el tener durante nuestra formación un apartado exclusivo sobre la muerte y los cuidados ante el dolor del paciente.

 


Nadie nos enseña a como dar las malas noticias, nadie nos dice como informar a un familiar que su allegado ha partido de este mundo y que se pudo hacer todo lo posible pero las condiciones y sus estado de salud no ayudaron en general, nadie nos dice que palabras emplear pero lo único que no puedes hacer es quebrarte en ese momento, que aunque estés completamente destrozado por dentro no puedes romperte pues la noticia que estas a punto de dar rompe más al oyente que a ti mismo, nadie nos enseña a lidiar con la muerte

 Y efectivamente, no tenemos que lidiar con ella, no tenemos que luchar con ella y bien lo demuestran las raíces de nuestra cultura. El México prehispánico sabía y conocía la muerte, entendía que era un paso más en la vida, creían en la resurrección e incluso sabían a ciencia cierta en que ser podría reencarnar la persona, inclusive, le daban diversas connotaciones a la muerte dependiendo la forma en la que hayas muerto, ahogado, durante parto, en batalla, por edad e incluso ganando un partido de juego de pelota, esto hizo que a través de las culturas precolombinas la muerte fuera entendida como un paso más incluso a veces como un premio, pues la misma tierra de la que emergían los habitantes terrestres, era la misma que te pedía (llegado su tiempo) regresar a tus orígenes.

No es sino hasta la llegada de los españoles, el intercambio y choque cultural, la imposición de la ideología y de deidades, donde se aborda a la muerte como algo temible, oculto, de miedo, como algo que se debe evitar e incluso algo que no puede ser conversado durante alguna reunión, pues se tenía la idea que, si se hablaba de ésta, era invocada y mucho más temida.

A lo largo del tiempo esto fue perdiendo credibilidad, se formalizo el crecimiento científico desplazando al pensamiento mágico-religioso aunque no del todo, pues sabemos que la sociedad mexicana es muy creyente de lo divino, sin embargo, en la actualidad aún se considera a la muerte como un lecho de mal augurio o se le atribuye alguna enfermedad, condición o estado de salud a algo externo, se culpa por ende a lo mismo externo y se busca ayuda y protección por alguien definitivamente ajeno a nosotros.

Como médicos debemos de saber que la muerte es algo temido, es algo que no buscamos o que mucho menos queremos encontrar en nuestra práctica médica, al contrario, siempre buscamos comprender y preservar hasta el último momento la vida de nuestros pacientes, sin embargo debemos de entender que la muerte no es algo malo, no es algo contra lo que debemos o tengamos la necesidad de evitar, la muerte siempre es un paso más en la vida de las personas, la muerte es nuestra compañera, nosotros estamos trabajando en conjunto, no luchamos, sino que en el momento en el que nosotros comenzamos a tratar enfermedades, contrarrestar efectos de ciertas patologías, en esos momentos la muerte tiene menor alcance, sin embargo jamás desaparece, al contrario cuando nosotros recibimos en Urgencias a un paciente en muy malas condiciones de salud, es ahí donde la muerte toma la batuta y tiene mayor alcance, no luchamos contra ella, trabajamos día y noche con ella.

Es por esto mismo que tenemos que dar a entender a nuestros pacientes y a su familia que la muerte es algo que muchas de las veces evitamos pero que sin querer incluso en nuestra casa sin desearlo o invocarlo, puede estar presente ante cualquier situación; en el caso de pacientes que presenten alguna enfermedad crónica tienen que conocer el gran porcentaje a través de cual puede llegar a ocurrir la muerte, para muchos padecimientos crónicos que llegan a agudizarse la mejor solución muchas veces es la muerte misma, por ello es necesario orientar, fomentar, apoyar, dictar, referir y dar las herramientas necesarias para el conocimiento de lo que está sucediendo y enfrentar las cosas, no evitar, no preguntar el porqué de los hechos, sino al contrario permitir que se tengan las acciones pertinentes en el cuadro y ante la salvedad de que nosotros actuamos como guías y apoyos a la familia y al paciente mismo durante todo el proceso de detección, dolor, sanación, resolución, recaídas, reinicio y muerte por mencionar algunas acciones que llegamos a realizar.

 


Referencias bibliográficas.

Las competencias del médico de familia en la atención a pacientes en fase de final de vida. Reflexiones a partir de la propuesta de ACE en Cuidados Paliativos. Aten Primaria. 2015;47(8):477-478

De León, V. Tanatología: Una perspectiva distinta de la muerte. Bol Med, Num. 5 Vol.1 • noviembre - diciembre de 2004. Primera parte.

De León, V. Tanatología: Una perspectiva distinta de la muerte. Bol Med, Num. 5 Vol.1 • noviembre - diciembre de 2004. Segunda parte.

 

1 comentario:

  1. Buen día Dr. César.
    Un comentario bastante reflexivo el que realizas, dándonos a conocer una parte de nuestra historia y la cosmovisión de la muerte en nuestra cultura. Muy bien porque efectivamente tenemos que trabajar con diferentes creencias en los procesos de duelo, y es importante que mantengamos la mente abierta a situaciones distintas a nuestras creencias y valores morales. De nuevo la comunicación y la empatía, siempre basados en principios éticos son nuestras herramientas más fuertes para el abordaje de estos temas.
    Buen comentario Dr.
    Saludos.

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