lunes, 17 de agosto de 2020

SEMANA 2. TEMA. JERARQUIZACIÓN DE PROBLEMAS Y REDES DE APOYO.

 SEMANA 2. TEMA. JERARQUIZACIÓN DE PROBLEMAS Y REDES DE APOYO.

Durante la práctica clínica y las rotaciones que llevamos a cabo en la Unidad de Medicina Familiar especialmente en el área de consultorio, podemos observar una basta cantidad de pacientes, algunos que van solos, otros que son acompañados de sus familiares e incluso algunos que son acompañados por sus amigos o vecinos, desde éste punto, la mayoría (sino es que todas y todos los Doctores) conocen al tipo de familia al que pertenece dicho integrante, con ello se nos desarrolla una forma a través de la cual el Médico Familiar observa al paciente no como uno solo, sino como parte de un microsistema que lo hace partícipe a su vez de la sociedad en la cual se encuentra; si bien un paciente no es igual al otro hablando incluso de una misma familia, ahora bien, una familia es un universo completamente diferente de los demás, y ello radica instantáneamente en el tipo de relaciones, creencias, actitudes y reglas que se imparten en cada una de las familias.


A mediados del siglo pasado y con el crecimiento de la gran Urbe citadina, se dio paso a un aumento de población en el primer cuadro del previamente conocido como Distrito Federal, en sus inicios como creado con la finalidad de establecer los poderes que rigen la Constitución y por medio del cual se desarrollen diversas actividades que permitan el crecimiento nacional, sin embargo, con esto se generó una masiva transición y migración de personas al que fuera el nuevo centro capital de economía, obligando a muchas personas a dejar su lugar de origen y buscar mejores y mayores oportunidades de crecimiento y desarrollo y no quedar rezagados en dichos avances, esto produjo una gran variedad y mezcla de creencias, culturas, regionalismos y alimentos que dio paso a una gran diversidad de población que incluso el día de hoy distingue a la ahora Ciudad de México con el regionalismo de “Chilango”, esto se lee de manera sencilla, sin embargo, no solo conlleva creencias y comida, sino incluso se incorporan religiones, nacionalidades y es en este punto donde encontramos que la gente en su mayoría y al atender a uno de sus integrantes consta de un bagaje cultural y una inmensidad de antecedentes que los hacen diferentes al resto. Todo esto de manera más implícita nos ejemplifica que a pesar de ser “mexicanos” compartimos las mismas ideas y con ello, contamos todos y cada uno de nosotros con diferentes redes de apoyo y a través de las cuales logramos un contacto de forma más directa con los participantes de nuestra comunidad, no es lo mismo la relación y los grupos y redes de apoyo que tenemos en la gran ciudad como en aquellas comunidades muy arraigadas a sus raíces que los han hecho perdurar por tantos años. 


Un ejemplo más moderno de dichas redes de apoyo las cuales no siempre son seres humanos, sino incluso aparatos electrodomésticos, organizaciones o grupos comunitarios, es lo que se verá reflejado en unos días cuando inicie el nuevo ciclo escolar, con la situación de salud que se vive a nivel mundial, el gobierno federal junto con la Secretaría de Educación Pública, han hecho público y han decidido que las clases se reinicien de forma televisiva, esto con la final de evitar contagios o situaciones de riesgo a través del transporte público o las interacciones en la vía pública, aquí vemos reflejado que aquellas comunidades o poblaciones que se encuentren alejadas o no cuenten con la infraestructura que sostenga el mantenimiento de un televisor, se verá mermada y existirá con ello una enorme brecha de conocimiento y de acceso a la información que es necesaria, así mismo, familias o grupos que no tengan estrecha relación ya sea entre ellos o con algunos otros, tendrán esa limitación en sus relaciones, en su conocimiento y en sus oportunidades de aprendizaje.

Todo lo anterior conlleva a un sinfín de situaciones de las cuales no somos del todo conscientes puesto que estas normas, reglas o actitudes se encuentran escritas o descritas en algún punto, pero que nosotros como médicos debemos de conocer y reconocer no solo en las limitaciones como familia en el proceso de enseñanza-aprendizaje, sino en la forma en la cual la misma familia interactúa con otras para el cuidado de sus familiares o en un caso de emergencia acudir a instancias que les aporten alguna ayuda o sostén para su mantenimiento y/o desarrollo.

 

Referencias bibliográficas.

Navarro, A. Redes de apoyo en el anciano por medio del genograma y el ecomapa. Aten Fam 2010;17(1): 19-21.

Espinal, I. El Enfoque Sistémico En Los Estudios Sobre La Familia.

Medellín, M. Funcionamiento familiar y su relación con las redes de apoyo social en una muestra de Morelia, México. Salud Mental 2012;35: 147-154

1 comentario:

  1. Buen día Dr. César.
    Encuentro muy interesante tu aportación, deja mucho lugar a la reflexión sobre la modernidad y los procesos actuales con el tema de redes de apoyo, como bien mencionas las redes de apoyo no sólo son personas, consideradas redes informales, sino que pueden ser instituciones, consideradas redes formales, las cuales tienen la capacidad de apoyar al paciente y su familia en diferentes situaciones; existen diferentes instrumentos para identificar las redes de apoyo, ya sea de forma directa o indirecta, y su utilidad dependerá de cada familia. Nosotros como médicos familiares debemos ser los primeros en reconocer la utilidad e importancia de estas redes, pues las intervenciones que realizamos día a día en la consulta basan gran parte de su éxito en que el paciente tenga una buena red, sólida y confiable, no necesariamente numerosa. Y vale la pena en este tema, retomar aspectos básicos del estudio de la familia como la función de las alianzas y coaliciones, pues pueden jugar un papel determinante en nuestra labor.
    Excelente aportación Dr.

    ResponderBorrar