ABORDAJE
DE LAS CONDUCTAS DE RIESGO PARA LA SALUD
El
consejo o intervención mínima es una de las armas más efectivas, en cuanto a
resultados y a coste, de las que disponen los profesionales sanitarios para
abordar diversos problemas o condiciones del paciente que le generan o son un
potencial riesgo para su salud.
La
intervención mínima es una intervención de educación sanitaria que a base
de utilizar mensajes educativos e información sanitaria consigue cambios en las
actitudes y, a la larga, en la conducta.
TABAQUISMO
El
consumo de tabaco constituye un problema de salud pública de primer orden. Se
relaciona con
25
enfermedades y es el causante del 30% de los casos de cáncer. La población
fumadora tiene,
además,
un riesgo incrementado sobre todo en enfermedades tumorales, respiratorias y cardiovasculares.
Es una de las principales causas de años potenciales de vida perdidos y la
principal
causa prevenible de morbimortalidad en los países desarrollados. Se recomienda
interrogar sistemáticamente a todo usuario que acuda a la consulta sobre el
consumo de tabaco registrando esta información en la historia clínica; aconsejar
a todos los pacientes que dejen de fumar, con un mensaje claro, directo y personalizado.
Se
recomienda aconsejar insistentemente a todos los fumadores que abandonen el
tabaco. Ayudar al paciente para dejar de fumar y fijar visitas de seguimiento,
con los fumadores que deseen realizar un intento serio de abandono, deben
utilizarse todos los recursos, de probada eficacia, disponibles en la actualidad.
Valoración Orgánica
Anamnesis
Datos
de identificación.
Antecedentes
personales patológicos y anamnesis por aparatos y sistemas; se orientará hacia
la existencia de procesos y síntomas relacionados con el tabaquismo
(cardiovasculares, digestivos, respiratorios, dermatológicos, psiquiátricos) y
a determinar los tratamientos farmacológicos concomitantes.
Antecedentes
de tabaquismo: edad de inicio, intentos previos de abandono (número, duración y
tratamientos utilizados, causas de recaídas, percepción de dificultades,
preocupación acerca de la posible ganancia de peso).
Exploración Física
Tensión
arterial, frecuencia cardíaca y peso corporal, que pueden variar en el proceso
que se está analizando.
Pulsos
periféricos y otros signos o síntomas como disnea, claudicación en miembros
inferiores, tos, expectoración, infecciones.
Exploraciones complementarias
La
biometría hemática, el perfil lipídico, la glucemia y algunas pruebas de
coagulación pueden estar alterados.
Espirometría.
Cooximetría.
Las cifras de CO para diferenciar entre fumadores y no fumadores se encuentran
entre 5 y 10 partes por millón (ppm).
Determinación
de nicotina y tiocianato tiene un valor más experimental.
Metabolito de la nicotina puede determinarse en plasma o en saliva y sirve para valorar el consumo nicotínico y para precisar el grado de sustitución alcanzado cuando se utiliza terapia sustitutiva en el tratamiento, por otra.
Metabolito de la nicotina puede determinarse en plasma o en saliva y sirve para valorar el consumo nicotínico y para precisar el grado de sustitución alcanzado cuando se utiliza terapia sustitutiva en el tratamiento, por otra.
Valoración conductual
Es
importante conocer:
Hasta
qué punto está dispuesto el paciente a cambiar la conducta y cuáles son los
motivos que le llevan a ello
Qué
estímulos están intrínsecamente asociados a la conducta de fumar, la cual como
todas las adicciones es una conducta aprendida
Qué
aporta la conducta adictiva al paciente y qué recursos alternativos puede
disponer éste.
Para
ello es útil conocer la fase del proceso a través de la cual se desarrolla el
paciente de acuerdo a Prochaska y DiClemente
Test
de Richmond puede dar una idea aproximada de las motivaciones para el abandono
pueden ser de múltiples tipos; conocerlas es útil para los momentos más
difíciles en el proceso de abandono.
Test
de Fagerström. Instrumento sencillo y de validez contrastada, que consta de 6
ítems con una puntuación máxima de 10. Puntuaciones altas indican alto grado de
dependencia.
Autorregistro
de cigarrillos consumidos. Además del número de cigarrillos fumados, recoge la
situación y los estímulos antecedentes y consecuentes asociados al consumo.
Test
de Russell. Identifica las principales situaciones que conducen al consumo y
así prever los momentos con mayor riesgo de recaída.
Escala
de Baer y Lichtenstein. Valora la percepción subjetiva de control en las
diversas situaciones.
Estudio
de sintomatología psiquiátrica asociada, clínica o subclínica. Su valoración y
cuantificación es importante cara a determinar la conveniencia de la
realización del intento de abandono, como a la hora de prever las posibles
dificultades añadidas.
Intervención
mínima
En
tabaquismo se pretende que el fumador pase las distintas fases que conducen a
la de «acción» y haga un intento serio de abandono. Los mensajes dados deben
fomentar implícitamente la motivación que haga cambiar la actitud del paciente.
Primordialmente, consiste en promover la intención de dejar de fumar y
proporcionar ayuda a aquellos ya motivados en la cesación del tabaquismo.
Las 5 «A»
Existen
unas directrices clínicas prácticas para el tratamiento del consumo y la
dependencia del tabaco, que son conocidas como las 5 A:
1. Preguntar
(ask). Una vez
identificado el fumador, se debe conseguir el número de cigarrillos diarios,
cuándo fuma el primero de la mañana, intentos de cesación previos, grado de
dependencia y recaídas, así como los motivos.
2. Aconsejar (advise). El
consejo será sistematizado, serio, sencillo, breve, personalizado y que sea
impartido con entusiasmo, humor, originalidad y convincente.
3. Apreciar
(assess). Se
estudiará la actitud del paciente, y valorar la fase de cambio en la que se
encuentra.
4. Ayudar
(assist). Se
intentará, junto al paciente, acordar un día sin humo, inaplazable e
inexcusable.
5. Acordar
(arrange). Se
llegará a un acuerdo en la forma en que se va a seguir, por parte de terapeuta
y paciente, el régimen de visitas, la duración, los objetivos a cumplir en cada
visita.
Prevención de
recaídas
En
las primeras fases es preferible utilizar estrategias de evitación o de escape
de situaciones de alto riesgo, posteriormente conviene desarrollar estrategias
como las de distracción (imaginación, autoinstrucciones), sustitución
(relajación, actividad física) o afrontamiento (habilidades de rechazo,
afirmación o control de tiempo).
ALCOHOLISMO
La
Atención Primaria como primer nivel de contacto del sistema sanitario ocupa un
lugar estratégico para que los profesionales realicen actividades preventivas y
en el tema del alcohol prioricen la prevención secundaria (detección precoz e
intervención breve) que ha demostrado en diferentes estudios y publicaciones
una efectividad igual o superior a prácticas asistenciales habituales.
El
consumo de alcohol incrementa el riesgo de provocar una amplia variedad de
problemas sociales de una manera dosis dependiente, sin que existan evidencias
de un efecto umbral. Para el bebedor, cuanto mayor sea la cantidad de alcohol
consumido, mayor es el riesgo. Los daños causados por el consumo de alcohol a
terceras personas abarcan desde molestias sociales menores, como permanecer
despierto durante la noche, hasta consecuencias más severas, como deterioro de
las relaciones matrimoniales, abuso de menores, violencia, delitos e incluso
homicidios
Un
abordaje preventivo como tal sólo puede alcanzarse si se lleva a cabo una
identificación de todos los pacientes adultos para determinar si se trata de
personas con consumo de riesgo o perjudicial de alcohol, incluyendo patrones de
consumo excesivo ocasional
Las
preguntas más simples de realizar son las relacionadas con el consumo de
alcohol. Las preguntas del Cuestionario de identificación de los trastornos por
consumo de alcohol de la OMS (AUDIT-C, por sus siglas en inglés), que fue
diseñado para identificar consumos de alcohol de riesgo o perjudicial en
entornos de atención primaria, han sido correctamente probadas y validadas.
La
identificación del tipo de consumo de alcohol de un paciente se realiza mucho
mejor cuando se incorpora a las prácticas clínicas de rutina; por ejemplo,
realizar las preguntas de forma sistemática a todos los nuevos pacientes en el
momento en que se registran o cuando acuden para un chequeo general; o a todos
los varones de entre 18 y 44 años cuando acuden para una consulta
Para
una mejor evaluación de los casos, aquellos pacientes varones que obtengan una
puntuación de 5 o más en el cuestionario AUDIT-C, o cuyo consumo de alcohol sea
igual o superior a 210g por semana y aquellas pacientes mujeres cuyo puntaje
sea de 4 o más en el AUDIT-C, o cuyo consumo de alcohol semanal sea igual o
superior a 140g, deberán ser invitados/as a responder el cuestionario de 10
preguntas del AUDIT para una valoración más completa.
Las
pruebas de laboratorio para la evaluación de trastornos relacionados con el uso
de alcohol incluyen la gamma-glutamil-transferasa (GGT) en suero y las
aminotransferasas (enzimas hepáticas), la transferrina deficiente en
carbohidratos (CDT) y el volumen corpuscular medio (VCM).
Las
evidencias parecen sugerir que los profesionales de atención primaria deberían
realizar una intervención mínima y brindar consejo a pacientes varones cuyo
puntaje de AUDIT sea de entre 8 y 15, o cuyo consumo de alcohol sea de 280g o
más por semana, y a aquellas pacientes cuyo puntaje del AUDIT sea de entre 8 y
15, o cuyo consumo semanal sea igual o superior a 140g
Una
puntuación AUDIT de entre 8 y 15 indica, en general, la presencia de un consumo
de riesgo, aunque puede llegar a incluir pacientes cuyo consumo sea perjudicial
o que sean dependientes.
El
marco en el que se desarrollan las intervenciones breves puede incluir: dar
retroalimentación (feedback) o hacer una observación al paciente sobre el hecho
de que su patrón de consumo se halla sólo en el marco de consumo de riesgo;
proporcionarle información acerca de los daños que conlleva el consumo
continuado de alcohol en niveles de riesgo; facilitar el establecimiento de
metas para que el paciente cambie su hábito de consumo; brindar consejos sobre
los límites para reducir el consumo semanal de alcohol a 280g o menos en
varones y a 140g o menos en mujeres; y alentar la idea de que los consumidores
de riesgo no son dependientes y que por ello pueden cambiar sus hábitos de
consumo.
Las
terapias o intervenciones breves deben ofrecerse a los pacientes varones cuyo
puntaje de AUDIT sea entre 16 y 19 o cuyo consumo de alcohol sea de 350g o
superior por semana, y a las pacientes con un resultado del AUDIT de entre 16 y
19 o cuyo consumo de alcohol sea igual o superior a 210g por semana.
La
estructura para una intervención breve puede incluir:
1. Consejos breves, basados en lo expuesto
anteriormente
2. Evaluar y adecuar el consejo a la etapa
del cambio, reconociendo si el paciente se halla en una etapa de
pre-contemplación, el consejo debería centrarse más en la retroalimentación
para motivar al paciente a pasar a la acción.
3. Si el paciente ya ha pensado en
emprender alguna acción (etapa de contemplación), el énfasis debería entonces
ponerse en los beneficios de hacerlo, los riesgos de retrasarlo y cómo dar los
primeros pasos; si el paciente ya está preparado para entrar en acción,
entonces el énfasis debería ponerse en establecer metas y en asegurar un
compromiso por parte del paciente para reducir el consumo de alcohol
4. Proporcionar un seguimiento, a través
del cual el profesional de la salud que aplica la terapia breve debe continuar
brindando ayuda, retroalimentación y apoyo para establecer, alcanzar y mantener
metas reales.
Las
intervenciones breves son eficaces en centros de atención primaria de la salud
para reducir los problemas de consumo de alcohol entre bebedores de riesgo,
pero no dependientes. Uno de cada 8 pacientes tratados se beneficia con este
tipo de intervenciones.
La
dependencia del alcohol puede ser medida con el módulo de dependencia de
alcohol de la Entrevista compuesta internacional para el diagnóstico, ECID (Composite
International Diagnostic Interview, CIDI) elaborada por la OMS; contiene siete
preguntas que miden la dependencia del alcohol, resultando cuatro o más
respuestas positivas indicadoras de un diagnóstico de dependencia.
El
tratamiento especializado incluye abordajes conductuales y farmacoterapia. El
entrenamiento en habilidades sociales, el modelo de refuerzo en la comunidad o
contención comunitaria y la terapia conductual de parejas, están entre los
abordajes más efectivos, especialmente si resaltan la habilidad de la persona
para suspender o reducir el consumo a través del aprendizaje de técnicas de
auto-control, del incremento de la motivación y del refuerzo de los sistemas de
soporte social de la persona.
SEDENTARISMO
En
las recomendaciones mundiales sobre actividad física para la salud de la OMS en
2010, se asegura que la inactividad física es el cuarto factor de riesgo de
mortalidad más importante en todo el mundo. La inactividad física aumenta en
muchos países y ello influye en el aumento de las enfermedades no trasmisibles y
en la salud general de la población.
Recomendaciones sobre
actividad física
Realizar
actividad física a diario.
En
adultos, realizar al menos 30 min de actividad regular de intensidad moderada
(aeróbica) al menos 5 días a la semana (o 75 min de actividad vigorosa
semanal).
Para
menores y adolescentes, la recomendación es de 60 min al día.
Se
recomienda que las personas se mantengan suficientemente activas durante toda
la vida.
Menores (5-17 años).
La
actividad física debe estar basada en juegos, deportes, desplazamientos,
actividades recreativas, educación física o ejercicios programados, en el
contexto de la familia, la escuela o las actividades comunitarias:
•
Acumular un mínimo de 60 min diarios de actividad física moderada o vigorosa.
La actividad física por un tiempo superior a 60 min diarios reportará un
beneficio aún mayor para la salud.
La
actividad física diaria debería ser, en su mayor parte, aeróbica.
•
Convendría incorporar, como mínimo tres veces por semana, actividades vigorosas
de fuerza o fortalecimiento óseo y muscular.
Adultos (18-64 años).
La
actividad física realizada en actividades recreativas o de ocio,
desplazamientos (por ejemplo, paseos a pie o en bicicleta), actividades
ocupacionales (trabajo y tareas domésticas), juegos, deportes o ejercicios
programados en el contexto de las actividades diarias, familiares y comunitarias:
•
Realizar al menos 30 min de actividad física regular de intensidad moderada con
una frecuencia casi diaria, hasta acumular un mínimo de 150 min semanales, o
bien 75 min de actividad física aeróbica vigorosa cada semana, o bien una
combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas.
•
Si no se pueden realizar la anterior recomendación en una sola sesión, se puede
comenzar por realizar bloques de al menos 10 min de duración, hasta alcanzar
los 30 min diarios.
•
Para obtener mayores beneficios para la salud, aumentar hasta 300 min por
semana la práctica de actividad física moderada aeróbica, o bien hasta 150 min
semanales de actividad física intensa aeróbica, o una combinación equivalente
de ambas.
•
Dos veces o más por semana, realizar actividades de fortalecimiento de los
grandes grupos musculares.
Mayores
(65 años en adelante).
La
actividad física consiste en actividades recreativas o de ocio, desplazamientos
(por ejemplo, paseos caminando o en bicicleta), actividades ocupacionales
(cuando la persona todavía desempeña actividad laboral), tareas domésticas,
juegos, deportes o ejercicios programados en el contexto de las actividades
diarias, familiares y comunitarias.
•
Dedicar 150 min semanales a realizar actividades físicas moderadas aeróbicas, o
bien algún tipo de actividad física vigorosa aeróbica durante 75 min, o una
combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas.
•
La actividad se practicará en una sola sesión, o acumulando bloques de 10 min,
como mínimo.
•
Para obtener mayores beneficios para la salud, aumentar hasta 300 min semanales
la práctica de actividad física moderada aeróbica, o bien acumular 150 min
semanales de actividad física aeróbica vigorosa, o una combinación equivalente
de actividad moderada y vigorosa.
•
Los adultos de este grupo de edades con movilidad reducida deberían realizar
actividades físicas para mejorar su equilibrio prevenir las caídas, tres días o
más a la semana.
•
Convendría realizar actividades que fortalezcan los principales grupos de
músculos dos o más días a la semana.
•
Cuando los adultos de mayor edad no puedan realizar la actividad física
recomendada debido a su estado de salud, se mantendrán físicamente activos en
la medida en que se lo permita su estado
El
ejercicio físico ayuda a mantener el adecuado grado de actividad funcional para
la mayoría de las funciones orgánicas. De manera directa y específica, el
ejercicio físico mantiene y mejora la función muscular esquelética,
osteoarticular, cardiocirculatoria, respiratoria, endocrinometabólica,
inmunológica y psiconeurológica.
De
manera indirecta, la práctica de ejercicio tiene efectos beneficiosos en la
mayoría, si no en todas, las funciones orgánicas, contribuyendo a mantener su
funcionalidad e incluso a mejorarla.
Todo
programa para la prescripción de ejercicio físico se basa en actividades
orientadas a:
•
Ejercicios de tipo aeróbico. Ejercicios que implican grandes grupos musculares.
Caminar, correr, montar en bicicleta, bailar, nadar, aerobic, remo, baloncesto,
o cualquier otro deporte que se lleve a cabo durante al menos 30 min, a
intensidad moderada.
•
Ejercicios de fortalecimiento muscular. Donde participen los grandes grupos
musculares del tren superior, inferior y tronco. Pueden ser ejercicios de
auto-cargas, carga ligera (mancuernas o pesas de fabricación casera, tales como
botellas de agua), ejercicios con bandas elásticas, ejercicios en máquinas de
musculación, subir y bajar escaleras, transporte de objetos, jardinería o
ciertas tareas del hogar siempre que se lleven a cabo de forma ergonómica, etc.
•
Ejercicios de flexibilidad. Estiramientos estáticos y dinámicos.
Los
Cuestionarios Internacionales de Actividad Física (IPAQ, por sus siglas en inglés)
comprenden un grupo de 4 cuestionarios. Se pueden utilizar en adultos con
edades comprendidas entre 15-69 años. Hay dos versiones del cuestionario:
4
preguntas generales, adecuado para su uso en sistemas de vigilancia nacionales
5
objetivos de actividad evaluados independientemente proporcionan información
más detallada, a menudo necesaria en el trabajo de investigación.
Mediciones
objetivas: sensores de movimiento (podómetros, acelerómetros). Tanto podómetros
como acelerómetros registran la cantidad de movimiento realizado, pero de
diferente manera. Los podómetros registran el número de pasos dados, e
indirectamente puede servir para medir distancia, velocidad y cadencia del
caminar. El acelerómetro mide la frecuencia y la magnitud de las aceleraciones
y desaceleraciones del movimiento corporal, estimando el gasto energético total
en función de la edad, el género, la talla y el peso del individuo.
¿Cuándo
no realizar ejercicio físico?
Contraindicación absoluta:
Aparato
locomotor Inflamaciones con calor, rubor e impotencia funcional.
Traumatismos
recientes (con o sin hematoma).
Enfermedades
neurológicas Estado agudo de la enfermedad (ACV, focalidad neurológica,
estupor, etc.).
Enfermedades
cardiovasculares Angina inestable, insuficiencia cardiaca congestiva, IAM en
fase 1.
Miocarditis,
estenosis aórtica severa, aneurisma ventricular o aórtico
Tromboflebitis
aguda.
Contraindicación relativa:
Hipertensión
no controlada o respuesta inadecuada al ejercicio (TA > 180 TAS >105
TAD).
Alteraciones
del ritmo cardiaco, o soplo sin filiar (absolutas: extrasístoles ventriculares
por el ejercicio y bloqueo AV de 2º y 3er grado).
Enfermedades
respiratorias con agudización por sobreinfección, hemoptisis, tuberculosis
activa.
Fracturas
costales, broncoespasmo.
Enfermedades
metabólicas, alteraciones en el nivel de glucemia (glucemia >300 mg),
retinopatía diabética proliferativa.
Hipertiroidismo
con manifestaciones clínicas (taquicardia, arritmia).
Los
profesionales de salud debemos de adquirir conocimientos para poder prescribir
un programa de ejercicio físico adecuado a cada paciente. Estableciendo la
frecuencia (5 sesiones/semana), la duración, y la intensidad (acorde con el
estado físico y el tiempo disponible del paciente).
Definir
qué tipo de ejercicio es el más adecuado: de resistencia cardiorrespiratoria,
de fuerza/resistencia muscular o de flexibilidad, o una combinación de varios,
teniendo en cuenta las preferencias del paciente y la accesibilidad.
Establecer
objetivos realistas y progresivos, determinando la velocidad de progresión.
Tener
en cuenta aspectos como el horario de realización de la actividad física, el
calzado y el equipamiento más adecuado.
Cada
sesión de ejercicio físico debe seguir este patrón:
a)
Calentamiento. Es la preparación del organismo para el trabajo que se va a
realizar, pasando gradualmente del reposo a la actividad. Sirve para eliminar
la rigidez muscular del reposo, para ayudar a evitar lesiones
musculoesquéleticas, para incrementar progresivamente el esfuerzo del corazón y
pulmones, incrementar el flujo sanguíneo a los músculos. Debe durar entre 5 y
10 min. Puede consistir en caminar o correr suavemente primero y realizar
ejercicios ligeros de movilidad articular y estiramientos. El calentamiento
debe ser progresivo, de menor a mayor intensidad y mucho más cuidadoso a medida
que avanza la edad.
b)
Parte principal de la sesión. Es la fase de esfuerzo, y constituye la sesión
propiamente dicha. Se realizará el tipo de ejercicio elegido, a la intensidad y
duración prescritas. No es necesario trabajar todas las cualidades en una misma
sesión.
c)
Vuelta a la calma. Es la parte final de la sesión. Es un periodo de reducción
progresiva del ejercicio. Puede consistir en mantener el mismo tipo de
actividad, pero atenuando progresivamente su intensidad, hasta su final en un
tiempo de 5 a 10 min, o bien ejercicios de relajación y/o estiramientos.
ESTRÉS
Organismos
como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Mundial
de la Salud (OMS) no dudan en señalar al estrés como la epidemia del siglo XXI.
La Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo
(Eurofound) cuantificó el estrés como la segunda causa de los problemas de salud
relacionados con el trabajo.
Diversos
estudios consideran que más de la mitad de las bajas laborales están provocadas
por causas relacionadas con el estrés
El
término estrés proviene de un concepto físico y se refiere a la fuerza que se
aplica a un objeto para deformarlo o romperlo. Fue introducido por primera vez
en el ámbito de la salud en 1956 por Selye, que lo definió como la respuesta
general del organismo ante cualquier estímulo estresor o situación estresante;
no hacía referencia al estímulo, sino a la respuesta a éste. El estrés es un
desequilibrio entre las demandas del ambiente y la capacidad de respuesta de
una persona bajo condiciones en las que el fracaso ante esta demanda tiene
consecuencias importantes
El
estrés puede ser definido como un proceso en el que las demandas ambientales
comprometen o superan la capacidad adaptativa del organismo, dando lugar a
cambios biológicos y psicológicos que pueden hacer que la persona enferme.
El
estrés se convierte en un problema cuando surge sin haber retos ni situaciones
excepcionales, cuando dura mucho tiempo después de que la situación estresante
ha pasado, si aparece ante situaciones que aún no han ocurrido o si no es
suficiente para afrontar los retos de la vida. Este estrés ya no nos ayuda a
vivir mejor, sino que nos perjudica.
Descargar
adecuadamente la tensión física es importante para manejar el estrés. Para ello
podríamos hacer diferentes cosas:
Aprender
a utilizar alguna técnica de relajación
Masajes
dados por nosotros mismos
Aliviar
la tensión muscular
Respirar
Hacer
20 minutos de relajación profunda cada día es muy útil para disminuir el
estrés.
Para
manejar el estrés es importante mejorar alguna parte de las situaciones
difíciles que nos ocurren.
El
concepto de “afrontamiento”, definido por Lazarus y Folkman en 1986 como los
esfuerzos cognitivos y conductuales constantemente cambiantes, desarrollados
para manejar las demandas específicas externas y/o internas que son evaluadas
como excedentes o desbordantes de los recursos del individuo.
Teoría
del autocuidado
El
conjunto de acciones intencionadas que realiza o realizaría la persona para
controlar los factores internos o externos, que pueden comprometer su vida y
desarrollo posterior. El autocuidado, por tanto, es una conducta que realiza o
debería realizar la persona para sí misma
Manejar
el estrés.
•
Practique ejercicio con regularidad
•
Convierta la relajación en una parte regular de su vida.
•
Rutinas de descompresión.
•
Tómese tiempo para jugar y recrearse
•
Desarrolle un buen sentido del humor
•
Estructure un fuerte sistema de apoyo emocional.
•
Desarrolle una potente fuente de apoyo espiritual
•
Disminuir el consumo de cafeína.
•
Reducir el contacto con personas negativas.
•
Recompensarse cuando tenga éxito, aunque sea pequeño.
•
Convertir las experiencias negativas en valiosas experiencias de aprendizaje
para determinar qué podrá hacer de manera diferente la próxima vez.
•
Aumente su capacidad para aceptar la incertidumbre.
•
Separe el pasado del presente.
Teoría
de la Autoeficacia
Desarrollar
una visión más realista del mundo y de su lugar en él.
Desarrolle
una apreciación de su propio valor.
Acepte
que no es responsable de las reacciones emocionales de los demás.
Buscar
hechos más que opiniones.
Eliminar
el pensamiento distorsionado
Aceptar
sus debilidades y errores
Utilice
su imaginación
Absténgase
de compararse con los demás
En
la medida de lo posible limite el número de compromisos que contrae
¿Cómo
puede contribuir la tecnología?
Instituto
Americano del Estrés (American Institute of Stress). Organización para servir
como centro de intercambio de información sobre todos los temas relacionados
con el estrés. Hay un blog e información con respecto a investigaciones actuales
sobre el estrés,
Breathe2Relax.
Aplicación para el manejo del estrés que ofrece información detallada sobre los
efectos del estrés en el cuerpo.
Calm.
Aplicación de “meditación con atención plena” que ofrece sesiones de meditación
guiadas de diversas duraciones.
CareZone.
Aplicación ayuda a los pacientes a recordar sus tratamientos, organizar notas
en cuanto a su atención, resumir los protocolos de administración de
medicamentos y crear recordatorios de las horas de toma de medicamentos y
consultas médicas.
Create
To Heal. Se concentra en la creatividad y el alivio del estrés como un
complemento del tratamiento estándar.
Smiling
Mind. Programa desarrollado por psicólogos y educadores para ayudar a las
personas a lograr el equilibrio en la vida y hacer que la meditación de atención
plena sea accesible para todos.
Referencias
bibliográficas:
Abordaje
del Sedentarismo, recomendaciones de la Federación Argentina de Cardiología
2015. Publicado
por Dr. Alejandro Gómez Monroy Cardioactivo, 17 febrero, 2015
Moadel,
A. Manejo del estrés. Efectos del estrés y cómo sobrellevarlos. Leukemia and
Lymphoma Society. Estados Unidos. 2018.
T.M.
García. El abordaje del tabaquismo en atención primaria y especializada, una oportunidad
real y una necesidad de salud pública. Atención Primaria de la Salud. España. 2002
Veiga,
S. Abordaje del tabaquismo: intervención mínima y herramientas psicológicas.
Trastornos Adictivos. España. 2004
Toquero,
F. Guía de Buena Práctica Clínica en Abordaje del tabaquismo. International
Marketink. Ministerio de Salud. España. 2018.
Prevención,
diagnóstico y tratamiento del consumo de tabaco y humo ajeno, en el primer
nivel de atención, México: Secretaría de Salud; 2012.
Alcohol
y atención primaria de la salud: informaciones clínicas básicas para la
identificación y el manejo de riesgos y problemas. Washington, OPS, 2008.
Prevención,
detección y consejería en adicciones para adolescentes y adultos en el primer
nivel de atención. México: Secretaría de Salud. 2015.
Manejo
del síndrome de abstinencia alcohólica en el adulto en el primer nivel de
atención, México: Secretaría de Salud; 2008
García,
R. Abordaje del consumo de riesgo de alcohol desde atención primaria. Atención
Primaria, 2012.
Nuevamente realizas un comentario muy completo Dr. César, abordas los temas de interés y sus implicaciones de forma correcta, así mismo denotas la importancia de la consejería en el manejo de estas problemáticas; recordar que podemos usar consejería e incluso terapia breve de ser necesario; desafortunadamente, estos problemas están subestimados en la consulta médica familiar, quizá por el trabajo que pueden implicar, sin embargo, saber lo que debemos y podemos hacer es vital, así mismo es fundamental identificar y reconocer las herramientas y recursos con los que cuenta el IMSS para el abordaje de estos problemas.
ResponderBorrarExcelente trabajo Dr.