lunes, 6 de julio de 2020

ABORDAJE DE LAS CONDUCTAS DE RIESGO PARA LA SALUD


ABORDAJE DE LAS CONDUCTAS DE RIESGO PARA LA SALUD

El consejo o intervención mínima es una de las armas más efectivas, en cuanto a resultados y a coste, de las que disponen los profesionales sanitarios para abordar diversos problemas o condiciones del paciente que le generan o son un potencial riesgo para su salud.
La intervención mínima es una intervención de educación sanitaria que a base de utilizar mensajes educativos e información sanitaria consigue cambios en las actitudes y, a la larga, en la conducta.

TABAQUISMO


El consumo de tabaco constituye un problema de salud pública de primer orden. Se relaciona con
25 enfermedades y es el causante del 30% de los casos de cáncer. La población fumadora tiene,
además, un riesgo incrementado sobre todo en enfermedades tumorales, respiratorias y cardiovasculares. Es una de las principales causas de años potenciales de vida perdidos y la
principal causa prevenible de morbimortalidad en los países desarrollados. Se recomienda interrogar sistemáticamente a todo usuario que acuda a la consulta sobre el consumo de tabaco registrando esta información en la historia clínica; aconsejar a todos los pacientes que dejen de fumar, con un mensaje claro, directo y personalizado.
Se recomienda aconsejar insistentemente a todos los fumadores que abandonen el tabaco. Ayudar al paciente para dejar de fumar y fijar visitas de seguimiento, con los fumadores que deseen realizar un intento serio de abandono, deben utilizarse todos los recursos, de probada eficacia, disponibles en la actualidad.

Valoración Orgánica
Anamnesis
Datos de identificación.
Antecedentes personales patológicos y anamnesis por aparatos y sistemas; se orientará hacia la existencia de procesos y síntomas relacionados con el tabaquismo (cardiovasculares, digestivos, respiratorios, dermatológicos, psiquiátricos) y a determinar los tratamientos farmacológicos concomitantes.
Antecedentes de tabaquismo: edad de inicio, intentos previos de abandono (número, duración y tratamientos utilizados, causas de recaídas, percepción de dificultades, preocupación acerca de la posible ganancia de peso).


Exploración Física
Tensión arterial, frecuencia cardíaca y peso corporal, que pueden variar en el proceso que se está analizando.
Pulsos periféricos y otros signos o síntomas como disnea, claudicación en miembros inferiores, tos, expectoración, infecciones.

Exploraciones complementarias
La biometría hemática, el perfil lipídico, la glucemia y algunas pruebas de coagulación pueden estar alterados.
Espirometría.
Cooximetría. Las cifras de CO para diferenciar entre fumadores y no fumadores se encuentran entre 5 y 10 partes por millón (ppm).
Determinación de nicotina y tiocianato tiene un valor más experimental.

Metabolito de la nicotina puede determinarse en plasma o en saliva y sirve para valorar el consumo nicotínico y para precisar el grado de sustitución alcanzado cuando se utiliza terapia sustitutiva en el tratamiento, por otra.

Valoración conductual
Es importante conocer: 
Hasta qué punto está dispuesto el paciente a cambiar la conducta y cuáles son los motivos que le llevan a ello
Qué estímulos están intrínsecamente asociados a la conducta de fumar, la cual como todas las adicciones es una conducta aprendida
Qué aporta la conducta adictiva al paciente y qué recursos alternativos puede disponer éste.
Para ello es útil conocer la fase del proceso a través de la cual se desarrolla el paciente de acuerdo a Prochaska y DiClemente


Test de Richmond puede dar una idea aproximada de las motivaciones para el abandono pueden ser de múltiples tipos; conocerlas es útil para los momentos más difíciles en el proceso de abandono.
Test de Fagerström. Instrumento sencillo y de validez contrastada, que consta de 6 ítems con una puntuación máxima de 10. Puntuaciones altas indican alto grado de dependencia.
Autorregistro de cigarrillos consumidos. Además del número de cigarrillos fumados, recoge la situación y los estímulos antecedentes y consecuentes asociados al consumo.
Test de Russell. Identifica las principales situaciones que conducen al consumo y así prever los momentos con mayor riesgo de recaída.
Escala de Baer y Lichtenstein. Valora la percepción subjetiva de control en las diversas situaciones.
Estudio de sintomatología psiquiátrica asociada, clínica o subclínica. Su valoración y cuantificación es importante cara a determinar la conveniencia de la realización del intento de abandono, como a la hora de prever las posibles dificultades añadidas.

Intervención mínima
En tabaquismo se pretende que el fumador pase las distintas fases que conducen a la de «acción» y haga un intento serio de abandono. Los mensajes dados deben fomentar implícitamente la motivación que haga cambiar la actitud del paciente. Primordialmente, consiste en promover la intención de dejar de fumar y proporcionar ayuda a aquellos ya motivados en la cesación del tabaquismo.

Las 5 «A»
Existen unas directrices clínicas prácticas para el tratamiento del consumo y la dependencia del tabaco, que son conocidas como las 5 A:
1. Preguntar (ask). Una vez identificado el fumador, se debe conseguir el número de cigarrillos diarios, cuándo fuma el primero de la mañana, intentos de cesación previos, grado de dependencia y recaídas, así como los motivos.
2. Aconsejar (advise). El consejo será sistematizado, serio, sencillo, breve, personalizado y que sea impartido con entusiasmo, humor, originalidad y convincente.
3. Apreciar (assess). Se estudiará la actitud del paciente, y valorar la fase de cambio en la que se encuentra.
4. Ayudar (assist). Se intentará, junto al paciente, acordar un día sin humo, inaplazable e inexcusable.
5. Acordar (arrange). Se llegará a un acuerdo en la forma en que se va a seguir, por parte de terapeuta y paciente, el régimen de visitas, la duración, los objetivos a cumplir en cada visita.

Prevención de recaídas
En las primeras fases es preferible utilizar estrategias de evitación o de escape de situaciones de alto riesgo, posteriormente conviene desarrollar estrategias como las de distracción (imaginación, autoinstrucciones), sustitución (relajación, actividad física) o afrontamiento (habilidades de rechazo, afirmación o control de tiempo).


ALCOHOLISMO


La Atención Primaria como primer nivel de contacto del sistema sanitario ocupa un lugar estratégico para que los profesionales realicen actividades preventivas y en el tema del alcohol prioricen la prevención secundaria (detección precoz e intervención breve) que ha demostrado en diferentes estudios y publicaciones una efectividad igual o superior a prácticas asistenciales habituales.
El consumo de alcohol incrementa el riesgo de provocar una amplia variedad de problemas sociales de una manera dosis dependiente, sin que existan evidencias de un efecto umbral. Para el bebedor, cuanto mayor sea la cantidad de alcohol consumido, mayor es el riesgo. Los daños causados por el consumo de alcohol a terceras personas abarcan desde molestias sociales menores, como permanecer despierto durante la noche, hasta consecuencias más severas, como deterioro de las relaciones matrimoniales, abuso de menores, violencia, delitos e incluso homicidios
Un abordaje preventivo como tal sólo puede alcanzarse si se lleva a cabo una identificación de todos los pacientes adultos para determinar si se trata de personas con consumo de riesgo o perjudicial de alcohol, incluyendo patrones de consumo excesivo ocasional

Las preguntas más simples de realizar son las relacionadas con el consumo de alcohol. Las preguntas del Cuestionario de identificación de los trastornos por consumo de alcohol de la OMS (AUDIT-C, por sus siglas en inglés), que fue diseñado para identificar consumos de alcohol de riesgo o perjudicial en entornos de atención primaria, han sido correctamente probadas y validadas.
La identificación del tipo de consumo de alcohol de un paciente se realiza mucho mejor cuando se incorpora a las prácticas clínicas de rutina; por ejemplo, realizar las preguntas de forma sistemática a todos los nuevos pacientes en el momento en que se registran o cuando acuden para un chequeo general; o a todos los varones de entre 18 y 44 años cuando acuden para una consulta

Para una mejor evaluación de los casos, aquellos pacientes varones que obtengan una puntuación de 5 o más en el cuestionario AUDIT-C, o cuyo consumo de alcohol sea igual o superior a 210g por semana y aquellas pacientes mujeres cuyo puntaje sea de 4 o más en el AUDIT-C, o cuyo consumo de alcohol semanal sea igual o superior a 140g, deberán ser invitados/as a responder el cuestionario de 10 preguntas del AUDIT para una valoración más completa.

Las pruebas de laboratorio para la evaluación de trastornos relacionados con el uso de alcohol incluyen la gamma-glutamil-transferasa (GGT) en suero y las aminotransferasas (enzimas hepáticas), la transferrina deficiente en carbohidratos (CDT) y el volumen corpuscular medio (VCM).
Las evidencias parecen sugerir que los profesionales de atención primaria deberían realizar una intervención mínima y brindar consejo a pacientes varones cuyo puntaje de AUDIT sea de entre 8 y 15, o cuyo consumo de alcohol sea de 280g o más por semana, y a aquellas pacientes cuyo puntaje del AUDIT sea de entre 8 y 15, o cuyo consumo semanal sea igual o superior a 140g

Una puntuación AUDIT de entre 8 y 15 indica, en general, la presencia de un consumo de riesgo, aunque puede llegar a incluir pacientes cuyo consumo sea perjudicial o que sean dependientes.

El marco en el que se desarrollan las intervenciones breves puede incluir: dar retroalimentación (feedback) o hacer una observación al paciente sobre el hecho de que su patrón de consumo se halla sólo en el marco de consumo de riesgo; proporcionarle información acerca de los daños que conlleva el consumo continuado de alcohol en niveles de riesgo; facilitar el establecimiento de metas para que el paciente cambie su hábito de consumo; brindar consejos sobre los límites para reducir el consumo semanal de alcohol a 280g o menos en varones y a 140g o menos en mujeres; y alentar la idea de que los consumidores de riesgo no son dependientes y que por ello pueden cambiar sus hábitos de consumo.


Las terapias o intervenciones breves deben ofrecerse a los pacientes varones cuyo puntaje de AUDIT sea entre 16 y 19 o cuyo consumo de alcohol sea de 350g o superior por semana, y a las pacientes con un resultado del AUDIT de entre 16 y 19 o cuyo consumo de alcohol sea igual o superior a 210g por semana.

La estructura para una intervención breve puede incluir:
1.    Consejos breves, basados en lo expuesto anteriormente
2.    Evaluar y adecuar el consejo a la etapa del cambio, reconociendo si el paciente se halla en una etapa de pre-contemplación, el consejo debería centrarse más en la retroalimentación para motivar al paciente a pasar a la acción.
3.    Si el paciente ya ha pensado en emprender alguna acción (etapa de contemplación), el énfasis debería entonces ponerse en los beneficios de hacerlo, los riesgos de retrasarlo y cómo dar los primeros pasos; si el paciente ya está preparado para entrar en acción, entonces el énfasis debería ponerse en establecer metas y en asegurar un compromiso por parte del paciente para reducir el consumo de alcohol
4.    Proporcionar un seguimiento, a través del cual el profesional de la salud que aplica la terapia breve debe continuar brindando ayuda, retroalimentación y apoyo para establecer, alcanzar y mantener metas reales.

Las intervenciones breves son eficaces en centros de atención primaria de la salud para reducir los problemas de consumo de alcohol entre bebedores de riesgo, pero no dependientes. Uno de cada 8 pacientes tratados se beneficia con este tipo de intervenciones.

La dependencia del alcohol puede ser medida con el módulo de dependencia de alcohol de la Entrevista compuesta internacional para el diagnóstico, ECID (Composite International Diagnostic Interview, CIDI) elaborada por la OMS; contiene siete preguntas que miden la dependencia del alcohol, resultando cuatro o más respuestas positivas indicadoras de un diagnóstico de dependencia.
El tratamiento especializado incluye abordajes conductuales y farmacoterapia. El entrenamiento en habilidades sociales, el modelo de refuerzo en la comunidad o contención comunitaria y la terapia conductual de parejas, están entre los abordajes más efectivos, especialmente si resaltan la habilidad de la persona para suspender o reducir el consumo a través del aprendizaje de técnicas de auto-control, del incremento de la motivación y del refuerzo de los sistemas de soporte social de la persona.


SEDENTARISMO


En las recomendaciones mundiales sobre actividad física para la salud de la OMS en 2010, se asegura que la inactividad física es el cuarto factor de riesgo de mortalidad más importante en todo el mundo. La inactividad física aumenta en muchos países y ello influye en el aumento de las enfermedades no trasmisibles y en la salud general de la población.

Recomendaciones sobre actividad física
Realizar actividad física a diario.
En adultos, realizar al menos 30 min de actividad regular de intensidad moderada (aeróbica) al menos 5 días a la semana (o 75 min de actividad vigorosa semanal).
Para menores y adolescentes, la recomendación es de 60 min al día.
Se recomienda que las personas se mantengan suficientemente activas durante toda la vida.

Menores (5-17 años).
La actividad física debe estar basada en juegos, deportes, desplazamientos, actividades recreativas, educación física o ejercicios programados, en el contexto de la familia, la escuela o las actividades comunitarias:
• Acumular un mínimo de 60 min diarios de actividad física moderada o vigorosa. La actividad física por un tiempo superior a 60 min diarios reportará un beneficio aún mayor para la salud.
La actividad física diaria debería ser, en su mayor parte, aeróbica.
• Convendría incorporar, como mínimo tres veces por semana, actividades vigorosas de fuerza o fortalecimiento óseo y muscular.

Adultos (18-64 años).
La actividad física realizada en actividades recreativas o de ocio, desplazamientos (por ejemplo, paseos a pie o en bicicleta), actividades ocupacionales (trabajo y tareas domésticas), juegos, deportes o ejercicios programados en el contexto de las actividades diarias, familiares y comunitarias:
• Realizar al menos 30 min de actividad física regular de intensidad moderada con una frecuencia casi diaria, hasta acumular un mínimo de 150 min semanales, o bien 75 min de actividad física aeróbica vigorosa cada semana, o bien una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas.
• Si no se pueden realizar la anterior recomendación en una sola sesión, se puede comenzar por realizar bloques de al menos 10 min de duración, hasta alcanzar los 30 min diarios.
• Para obtener mayores beneficios para la salud, aumentar hasta 300 min por semana la práctica de actividad física moderada aeróbica, o bien hasta 150 min semanales de actividad física intensa aeróbica, o una combinación equivalente de ambas.
• Dos veces o más por semana, realizar actividades de fortalecimiento de los grandes grupos musculares.

Mayores (65 años en adelante).
La actividad física consiste en actividades recreativas o de ocio, desplazamientos (por ejemplo, paseos caminando o en bicicleta), actividades ocupacionales (cuando la persona todavía desempeña actividad laboral), tareas domésticas, juegos, deportes o ejercicios programados en el contexto de las actividades diarias, familiares y comunitarias.
• Dedicar 150 min semanales a realizar actividades físicas moderadas aeróbicas, o bien algún tipo de actividad física vigorosa aeróbica durante 75 min, o una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas.
• La actividad se practicará en una sola sesión, o acumulando bloques de 10 min, como mínimo.
• Para obtener mayores beneficios para la salud, aumentar hasta 300 min semanales la práctica de actividad física moderada aeróbica, o bien acumular 150 min semanales de actividad física aeróbica vigorosa, o una combinación equivalente de actividad moderada y vigorosa.
• Los adultos de este grupo de edades con movilidad reducida deberían realizar actividades físicas para mejorar su equilibrio prevenir las caídas, tres días o más a la semana.
• Convendría realizar actividades que fortalezcan los principales grupos de músculos dos o más días a la semana.
• Cuando los adultos de mayor edad no puedan realizar la actividad física recomendada debido a su estado de salud, se mantendrán físicamente activos en la medida en que se lo permita su estado

El ejercicio físico ayuda a mantener el adecuado grado de actividad funcional para la mayoría de las funciones orgánicas. De manera directa y específica, el ejercicio físico mantiene y mejora la función muscular esquelética, osteoarticular, cardiocirculatoria, respiratoria, endocrinometabólica, inmunológica y psiconeurológica.
De manera indirecta, la práctica de ejercicio tiene efectos beneficiosos en la mayoría, si no en todas, las funciones orgánicas, contribuyendo a mantener su funcionalidad e incluso a mejorarla.

Todo programa para la prescripción de ejercicio físico se basa en actividades orientadas a:

• Ejercicios de tipo aeróbico. Ejercicios que implican grandes grupos musculares. Caminar, correr, montar en bicicleta, bailar, nadar, aerobic, remo, baloncesto, o cualquier otro deporte que se lleve a cabo durante al menos 30 min, a intensidad moderada.

• Ejercicios de fortalecimiento muscular. Donde participen los grandes grupos musculares del tren superior, inferior y tronco. Pueden ser ejercicios de auto-cargas, carga ligera (mancuernas o pesas de fabricación casera, tales como botellas de agua), ejercicios con bandas elásticas, ejercicios en máquinas de musculación, subir y bajar escaleras, transporte de objetos, jardinería o ciertas tareas del hogar siempre que se lleven a cabo de forma ergonómica, etc.

• Ejercicios de flexibilidad. Estiramientos estáticos y dinámicos.

Los Cuestionarios Internacionales de Actividad Física (IPAQ, por sus siglas en inglés) comprenden un grupo de 4 cuestionarios. Se pueden utilizar en adultos con edades comprendidas entre 15-69 años. Hay dos versiones del cuestionario:
4 preguntas generales, adecuado para su uso en sistemas de vigilancia nacionales
5 objetivos de actividad evaluados independientemente proporcionan información más detallada, a menudo necesaria en el trabajo de investigación.
Mediciones objetivas: sensores de movimiento (podómetros, acelerómetros). Tanto podómetros como acelerómetros registran la cantidad de movimiento realizado, pero de diferente manera. Los podómetros registran el número de pasos dados, e indirectamente puede servir para medir distancia, velocidad y cadencia del caminar. El acelerómetro mide la frecuencia y la magnitud de las aceleraciones y desaceleraciones del movimiento corporal, estimando el gasto energético total en función de la edad, el género, la talla y el peso del individuo.


¿Cuándo no realizar ejercicio físico?

Contraindicación absoluta:
Aparato locomotor Inflamaciones con calor, rubor e impotencia funcional.
Traumatismos recientes (con o sin hematoma).
Enfermedades neurológicas Estado agudo de la enfermedad (ACV, focalidad neurológica, estupor, etc.).
Enfermedades cardiovasculares Angina inestable, insuficiencia cardiaca congestiva, IAM en fase 1.
Miocarditis, estenosis aórtica severa, aneurisma ventricular o aórtico
Tromboflebitis aguda.

Contraindicación relativa:
Hipertensión no controlada o respuesta inadecuada al ejercicio (TA > 180 TAS >105 TAD).
Alteraciones del ritmo cardiaco, o soplo sin filiar (absolutas: extrasístoles ventriculares por el ejercicio y bloqueo AV de 2º y 3er grado).
Enfermedades respiratorias con agudización por sobreinfección, hemoptisis, tuberculosis activa.
Fracturas costales, broncoespasmo.
Enfermedades metabólicas, alteraciones en el nivel de glucemia (glucemia >300 mg), retinopatía diabética proliferativa.
Hipertiroidismo con manifestaciones clínicas (taquicardia, arritmia).

Los profesionales de salud debemos de adquirir conocimientos para poder prescribir un programa de ejercicio físico adecuado a cada paciente. Estableciendo la frecuencia (5 sesiones/semana), la duración, y la intensidad (acorde con el estado físico y el tiempo disponible del paciente).

Definir qué tipo de ejercicio es el más adecuado: de resistencia cardiorrespiratoria, de fuerza/resistencia muscular o de flexibilidad, o una combinación de varios, teniendo en cuenta las preferencias del paciente y la accesibilidad.

Establecer objetivos realistas y progresivos, determinando la velocidad de progresión.

Tener en cuenta aspectos como el horario de realización de la actividad física, el calzado y el equipamiento más adecuado.

Cada sesión de ejercicio físico debe seguir este patrón:
a) Calentamiento. Es la preparación del organismo para el trabajo que se va a realizar, pasando gradualmente del reposo a la actividad. Sirve para eliminar la rigidez muscular del reposo, para ayudar a evitar lesiones musculoesquéleticas, para incrementar progresivamente el esfuerzo del corazón y pulmones, incrementar el flujo sanguíneo a los músculos. Debe durar entre 5 y 10 min. Puede consistir en caminar o correr suavemente primero y realizar ejercicios ligeros de movilidad articular y estiramientos. El calentamiento debe ser progresivo, de menor a mayor intensidad y mucho más cuidadoso a medida que avanza la edad.

b) Parte principal de la sesión. Es la fase de esfuerzo, y constituye la sesión propiamente dicha. Se realizará el tipo de ejercicio elegido, a la intensidad y duración prescritas. No es necesario trabajar todas las cualidades en una misma sesión.

c) Vuelta a la calma. Es la parte final de la sesión. Es un periodo de reducción progresiva del ejercicio. Puede consistir en mantener el mismo tipo de actividad, pero atenuando progresivamente su intensidad, hasta su final en un tiempo de 5 a 10 min, o bien ejercicios de relajación y/o estiramientos.


ESTRÉS


Organismos como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) no dudan en señalar al estrés como la epidemia del siglo XXI. La Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo (Eurofound) cuantificó el estrés como la segunda causa de los problemas de salud relacionados con el trabajo.
Diversos estudios consideran que más de la mitad de las bajas laborales están provocadas por causas relacionadas con el estrés
El término estrés proviene de un concepto físico y se refiere a la fuerza que se aplica a un objeto para deformarlo o romperlo. Fue introducido por primera vez en el ámbito de la salud en 1956 por Selye, que lo definió como la respuesta general del organismo ante cualquier estímulo estresor o situación estresante; no hacía referencia al estímulo, sino a la respuesta a éste. El estrés es un desequilibrio entre las demandas del ambiente y la capacidad de respuesta de una persona bajo condiciones en las que el fracaso ante esta demanda tiene consecuencias importantes
El estrés puede ser definido como un proceso en el que las demandas ambientales comprometen o superan la capacidad adaptativa del organismo, dando lugar a cambios biológicos y psicológicos que pueden hacer que la persona enferme.
El estrés se convierte en un problema cuando surge sin haber retos ni situaciones excepcionales, cuando dura mucho tiempo después de que la situación estresante ha pasado, si aparece ante situaciones que aún no han ocurrido o si no es suficiente para afrontar los retos de la vida. Este estrés ya no nos ayuda a vivir mejor, sino que nos perjudica.

Descargar adecuadamente la tensión física es importante para manejar el estrés. Para ello podríamos hacer diferentes cosas:
Aprender a utilizar alguna técnica de relajación
Masajes dados por nosotros mismos
Aliviar la tensión muscular
Respirar

Hacer 20 minutos de relajación profunda cada día es muy útil para disminuir el estrés.
Para manejar el estrés es importante mejorar alguna parte de las situaciones difíciles que nos ocurren.

El concepto de “afrontamiento”, definido por Lazarus y Folkman en 1986 como los esfuerzos cognitivos y conductuales constantemente cambiantes, desarrollados para manejar las demandas específicas externas y/o internas que son evaluadas como excedentes o desbordantes de los recursos del individuo.

Teoría del autocuidado
El conjunto de acciones intencionadas que realiza o realizaría la persona para controlar los factores internos o externos, que pueden comprometer su vida y desarrollo posterior. El autocuidado, por tanto, es una conducta que realiza o debería realizar la persona para sí misma
Manejar el estrés.
• Practique ejercicio con regularidad
• Convierta la relajación en una parte regular de su vida.
• Rutinas de descompresión.
• Tómese tiempo para jugar y recrearse
• Desarrolle un buen sentido del humor
• Estructure un fuerte sistema de apoyo emocional.
• Desarrolle una potente fuente de apoyo espiritual
• Disminuir el consumo de cafeína.
• Reducir el contacto con personas negativas.
• Recompensarse cuando tenga éxito, aunque sea pequeño.
• Convertir las experiencias negativas en valiosas experiencias de aprendizaje para determinar qué podrá hacer de manera diferente la próxima vez.
• Aumente su capacidad para aceptar la incertidumbre.
• Separe el pasado del presente.

Teoría de la Autoeficacia
Desarrollar una visión más realista del mundo y de su lugar en él.
Desarrolle una apreciación de su propio valor.
Acepte que no es responsable de las reacciones emocionales de los demás.
Buscar hechos más que opiniones.
Eliminar el pensamiento distorsionado
Aceptar sus debilidades y errores
Utilice su imaginación
Absténgase de compararse con los demás
En la medida de lo posible limite el número de compromisos que contrae


¿Cómo puede contribuir la tecnología?
Instituto Americano del Estrés (American Institute of Stress). Organización para servir como centro de intercambio de información sobre todos los temas relacionados con el estrés. Hay un blog e información con respecto a investigaciones actuales sobre el estrés,

Breathe2Relax. Aplicación para el manejo del estrés que ofrece información detallada sobre los efectos del estrés en el cuerpo.

Calm. Aplicación de “meditación con atención plena” que ofrece sesiones de meditación guiadas de diversas duraciones.

CareZone. Aplicación ayuda a los pacientes a recordar sus tratamientos, organizar notas en cuanto a su atención, resumir los protocolos de administración de medicamentos y crear recordatorios de las horas de toma de medicamentos y consultas médicas.

Create To Heal. Se concentra en la creatividad y el alivio del estrés como un complemento del tratamiento estándar.

Smiling Mind. Programa desarrollado por psicólogos y educadores para ayudar a las personas a lograr el equilibrio en la vida y hacer que la meditación de atención plena sea accesible para todos.

Referencias bibliográficas:
Abordaje del Sedentarismo, recomendaciones de la Federación Argentina de Cardiología
2015. Publicado por Dr. Alejandro Gómez Monroy Cardioactivo, 17 febrero, 2015
Moadel, A. Manejo del estrés. Efectos del estrés y cómo sobrellevarlos. Leukemia and Lymphoma Society. Estados Unidos. 2018.
T.M. García. El abordaje del tabaquismo en atención primaria y especializada, una oportunidad real y una necesidad de salud pública. Atención Primaria de la Salud. España. 2002
Veiga, S. Abordaje del tabaquismo: intervención mínima y herramientas psicológicas. Trastornos Adictivos. España. 2004
Toquero, F. Guía de Buena Práctica Clínica en Abordaje del tabaquismo. International Marketink. Ministerio de Salud. España. 2018.
Prevención, diagnóstico y tratamiento del consumo de tabaco y humo ajeno, en el primer nivel de atención, México: Secretaría de Salud; 2012.
Alcohol y atención primaria de la salud: informaciones clínicas básicas para la identificación y el manejo de riesgos y problemas. Washington, OPS, 2008.
Prevención, detección y consejería en adicciones para adolescentes y adultos en el primer nivel de atención. México: Secretaría de Salud. 2015.
Manejo del síndrome de abstinencia alcohólica en el adulto en el primer nivel de atención, México: Secretaría de Salud; 2008
García, R. Abordaje del consumo de riesgo de alcohol desde atención primaria. Atención Primaria, 2012.


1 comentario:

  1. Nuevamente realizas un comentario muy completo Dr. César, abordas los temas de interés y sus implicaciones de forma correcta, así mismo denotas la importancia de la consejería en el manejo de estas problemáticas; recordar que podemos usar consejería e incluso terapia breve de ser necesario; desafortunadamente, estos problemas están subestimados en la consulta médica familiar, quizá por el trabajo que pueden implicar, sin embargo, saber lo que debemos y podemos hacer es vital, así mismo es fundamental identificar y reconocer las herramientas y recursos con los que cuenta el IMSS para el abordaje de estos problemas.
    Excelente trabajo Dr.

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